La mirada de Salman Abedi no dice nada. Es hueca y desapasionada, propia de alguien fácilmente olvidable. Carece del perverso embrujo de los ojos del mal, el de otros monstruos
Durante los casi tres años de actividad como pseudoestado independiente y hostil, Daesh se ha ganado la antipatía y abierta enemistad de todos los actores internacionales. Pocas veces ha habido