Reconozco que nunca me han caído muy bien los gabachos. Supongo que porque en mi temprana adolescencia siempre nos crujían al fútbol… y que son el vecino rico. En toda
La capacidad de cambio, evolución o simple deriva del ser humano es sorprendente; más que por el calado de sus nuevos preceptos, por la celeridad con que, a veces, estos