Amén de los prosaicos intereses geoestratégicos, la irrupción del Estado Islámico ha puesto nuevamente de manifiesto la profunda convulsión que vive el mundo musulmán desde el prisma religioso. Hasta los 80 (tras la frustrada invasión soviética de Afganistán), el papel de los partidos políticos islámicos era el más preponderante. Sin embargo, la continua deriva de estos hacia intereses más nacionalistas ha fortalecido la vertiente paralela del fundamentalismo que, a base de insatisfacciones, ha tremolado cada vez con más fuerza el estandarte radical. Con un objetivo mucho más global, las fronteras para estos grupos yihadistas se difuminan y su objetivo es islamizar la umma, es decir, toda la comunidad de musulmanes.
La pelea entre chiíes y suníes sirve para esclarecer un poco mejor las motivaciones religiosas del Estado Islámico. Su versión es la del sunismo más racista e intolerante, esgrimiendo además una corriente de pensamiento conocida como takfirismo, que busca el castigo del apóstata. En teoría takfir, el objetivo del buen musulmán es buscar a aquel otro correligionario que se ha descarriado y no sigue a rajatabla los preceptos coránicos. Se entiende, pues, que la persecución del EI es más hacia los propios musulmanes que considera apóstatas (y los chiíes, sin duda, lo son) que contra otras religiones como, por ejemplo, los cristianos.
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Roro
diciembre 19, 2014 at 9:59 pm
Que9 va, Melni. Este1 comprobado que la Inquisicif3n dedibaca especial atencif3n a los cristianos que tenedan sangre judeda y e1rabe (no necesariamente moriscos, ya que hay que incluir los miles de esclavos que los espaf1oles cazaban anualmente en el norte de c1frica desde Tanger y Ore1n para venderlos en Europa), lo cual deja muy claro que su poledtica de represif3n religiosa estaba marcada en gran parte por motivos racistas protomodernos, me1s alle1 de tecnicismos legalistas. De hecho el racismo moderno, el biolf3gico frente al religioso/cultural, nace en Espaf1a: el que en la Alemania nazi en las iglesias muchos parroquianos puros se negasen a sentarse en el mismo banco que los cristianos con alguna parte judeda (yendo me1s lejos que las propias leyes nazis) ya este1 perfectamente anticipado en los primeros estatutos de limpieza de sangre, propuestos en Toledo alle1 por 1447. Que sed, que las guerras de religif3n francesas fueron espantosas (sobre todo por las matanzas de hugonotes a manos de los catf3licos) pero eso no elimina las masacres de 1391 (nada similar ocurrif3 nunca en Europa) o los casi 450 af1os de Inquisicif3n (que afan quemaba a judaizantes en 1726 y a heterodoxos en 1786). Por no mencionar las 250.000-300.000 vedctimas civiles del genocidio nacional-catf3lico, un muerto por kilf3metro cuadrado en la provincia de Sevilla solo entre 1936 y 1939.
AndrOrtMoy
diciembre 19, 2014 at 10:36 pm
Gracias por participar, Roro. Aunque te reconozco que no acabo de seguir el hilo de tu comentario, entiendo que hablas el paralelismo de las matanzas del EI con otras a lo largo de la historia, ¿es así?